16 de febrero de 2009

CRECER EN UN CASTILLO

Seguiré negandome a que los míos entren en clase de Ciudadanía, me niego a que adoctrinen a mis hijos, sólo la Ley de Dios que expresan con claridad nuestros obispos y la moral y ética de nuestra derecha que Rajoy y Aguirre quieren aplicar en nuestro país, asaltado por marxistas y ateos, que unidos con otros terroristas pretenden imponer unas creencias satánicas. El Supremo está vendido al poder rojo y masón, ocupemos el estado y demos ejemplo de nuestra valentía histórica.









SÓLO TEXTO: COMENTARIO ANÓNIMO DE LA NOTICIA DE LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO SOBRE LA ASIGNATURA DE EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA Y LOS DERECHOS HUMANOS RECOGIDA EN ABC.ES. REAL O NO, REFLEJA LA ACTITUD DE ALGUNAS PERSONAS OBJETORAS A DICHA ASIGNATURA. ¿POR QUÉ UNA PERSONA QUE QUIERE ADOPTAR DEBE DEMOSTRAR SU APTITUD Y A PERSONAS COMO LAS DEL COMENTARIO SE LES PERMITE TENER TOD@S L@S HIJ@S QUE QUIERAN?

10 comentarios:

Rosa dijo...

Cuando leo comentarios como ese pienso con terror hasta que punto puede llegar la domesticación religiosa en este caso y social en oros, y hasta donde estaré yo domesticada sin ser consciente de ello.....A veces me gustaría poder desaprender todo lo aprendido para poder ponerlo sobre una mesa y observarlo desde la distancia, desde la no implicación.....es tan dificil!!.
Estupendo post, como siempre.
Besos.

dezaragoza dijo...

Y aún hay quién pretende decirme que no estamos viviendo un periodo parecido al anterior a la guerra civil. ¿Están esperando a que los atentados se sucedan en cadena para verlo?.

GRANO GRUESO dijo...

Da miedo pensarlo, pero estos hilos también forman parte del tejido de nustra sociedad. No sé si esto romperá en guerra, Dezaragoza —ojalá nunca—, pero desde luego van a surgir tensiones extraordinariamente fuertes facilitadas por la libertad que da el acceso a los medios de comunicación y la expresión de las opiniones. Porque algun@s ya no nos callamos. Ya no me da la gana de callarme. Abrazos.

waukin dijo...

Yo creo que no todo el mundo debería poder adoptar.

Por ejemplo, debería vetarse a los fanáticos religiosos.

Siempre he sido de la opinión de que los extremos nunca son ni han sido buenos.

El estupor y la maravilla dijo...

La verdad es que ese sentimiento del que habla Dezaragoza está ahí. Quizá nos parezca algo irreal (al menos a mi generación, soy del 78; no digamos las posteriores, claro), como de película, pero hay una cosa cierta: los tiempos de paz no han durado mucho nunca y ningún sitio, por unas razones u otras. Además, nuestra Constitución ya tiene 30 años y quizá aún no necesite una reforma considerable pero se prevee un fuerte cambio en la sociedad relativamente inminente y modificarla va a ser toda una aventura. De todas formas, el problema no está en una asignatura sino en todo el sistema educativo, empezando por arriba, por supuesto. Sólo hay que echarle un ojo a parte de los que terminan un Magisterio.

Y ahora que estamos en fechas, ¿sería posible un golpe de Estado hoy? ¿nos lo creeríamos?

Muy buen post.

waukin dijo...

He leido de nuevo el texto del "comentario anónimo", y sigo sin creérmelo. Eso tiene que haber sido un bromista.

ALFOAZ dijo...

Es verdad, Temmpus, es demasiado "perfecto". O es una broma muy lucida ...o es de nudo en la garganta.

Anónimo dijo...

Nosotras que tenemos un hijo nos da miedo pensar en este tipo de gente, tendremos que preparar muy bien a nuestros niñ@s para que sepan lidiar con estos personajes.

GRANO GRUESO dijo...

Serdemar, a mí además me dan pena l@s hij@s de ests personas. ¿Te imaginas en qué ambiente y con qué valores se van a educar?

Anónimo dijo...

Eso desde luego, pero sabes yo a veces uso un razonamiento, a mi me da miedo un asesino, porque él es capaz de hacer algo que yo no podría nunca hacer, quitar una vida, me da miedo un atracador, porque el sabe amenazar como yo nunca sabría hacer, por esa misma regla de tres, me da miedo esta gente del foro de la familia etc, porque ellos nos dicen cosas tan horribles que yo no sería capaz de decir a ellos, se de sobra que ellos me pueden hacer daño, porque saben hacerlo y yo no.